Servicios > Tratamiento de Lesiones del Tendón de Aquiles
Traumatología y Ortopedia en Toluca
Dr. HUGO GARCIA MUCIÑO
TRAUMATOLOGIA Y ORTOPEDIA EN TOLUCA
Sanatorio San Nicolás, San Mateo Atenco, Estado de México
Citas: 728 287 0054
Lesiones del tendón de Aquiles
El tendón de Aquiles o tendón calcáneo es el más potente del cuerpo humano. Es el tendón del músculo tríceps sural de la pierna, constituido por losgemelos (gastrocnemios) y el soleo. Se inserta en la parte posterior del hueso calcáneo, a nivel del talón. Existe una bursa entre el hueso y el tendón en la parte superior de esta unión, llamada bursa retrocalcánea. La función principal de este tendón es la flexión plantar del tobillo, propulsándonos en la marcha al caminar y al correr o saltar. Soporta fuerzas de hasta 10 veces el peso corporal en estas actividades. El tendón de Aquiles mide unos diez centímetros de largo y aproximadamente uno de ancho en su tercio central, donde su sección es más circular. Podríamos clasificar las lesiones del tendón de Aquiles en dos grupos: Roturas del Tendón, suelen ser agudas, muy incapacitantes, y en casi todos los casos se tratan quirúrgicamente. Tendinopatías, habitualmente se hacen crónicas. El término tendinitis lo hemos abandonado porque casi nunca existe inflamación muy evidente, salvo en algunos momentos. Están más en relación con el sobreuso, casi siempre en deportes en los que predomina la carrera y el salto. También se ven en personas sedentarias de mediana edad más en diabéticos y obesos. El tratamiento conservador resuelve la mayoría de los casos Roturas del tendón de Aquiles Cuando el tendón de Aquiles se rompe lo hace frecuentemente de forma completa y brusca. Lo más frecuente es que el paciente, casi siempre deportista, note un dolor fuerte y agudo, con la sensación de que alguien le hubiera pegado una patada. A veces se escucha el desgarro del tendón. A partir de ese momento no se puede continuar con la actividad ni apenas caminar. Muchos de los deportistas que sufren esta grave lesión no tenían molestias en el tendón previamente. La mayoría hacen deporte los fines de semana o esporádicamente, pero no realizan un programa de fortalecimiento y estiramientos que previene en cierto modo esta patología. Es común sufrirla en fútbol, baloncesto, squash, tenis, carreras de velocidad o saltos. En personas sedentarias puede darse ante un paso o pequeño salto brusco, o bailando o realizando alguna actividad similar a la que no se está habituado. Se ha evidenciado degeneración del tejido del tendón como factor fundamental que favorece la lesión. Un traumatólogo con experiencia puede diagnosticar la rotura simplemente con la historia que relata el paciente y la exploración física. Aún así se hace rutinariamente ecografía o resonancia magnética para conocer exactamente cómo está el tendón roto. El tratamiento quirúrgico es el más satisfactorio. En casos de pacientes con muchos riesgos que contraindiquen que el paciente pase por el quirófano el tratamiento consiste en la inmovilización (unas 6 semanas) y posterior rehabilitación de la fuerza. La gran mayoría de los pacientes son operados. En urgencias de algunos centros se practica la cirugía percutánea que aporta la ventaja de menor incisión quirúrgica. Bajo nuestro criterio esta técnica estaría indicada solamente para pacientes de no muy alta demanda deportiva. La reparación abierta es la técnica que ofrece unos mejores resultados de cara a la vuelta al nivel previo de ejercicio. Casi siempre es posible una reparación termino-terminal del tendón, suturando de forma adecuada ambos cabos. En algunos enfermos con gran degeneración o desestructuración puede ser necesario utilizar injertos de colágeno, o plastias con la fascia del tríceps o el tendón del músculo delgado plantar. En unos cuatro meses el paciente recupera la actividad de carga, y el nivel previo puede tardar hasta el año, consiguiéndose en un gran porcentaje de casos. La rehabilitación es fundamental para conseguir un buen resultado. Entre las complicaciones existen las postoperatorias (infección, trombosis, dehiscencia herida) y las tardías (reruptura, pérdida de fuerza o limitación de la flexión dorsal del tobillo). Existen algunos casos en los que la rotura no se detectó o trató adecuadamente inicialmente, les llamamos roturas crónicas, y la técnica quirúrgica es similar, siendo necesario en este caso con más frecuencia el uso de injertos o plastias con tendones adyacentes. Tendinopatía aquílea no insercional El dolor crónico en el tercio medio del tendón recibe esta denominación. Es frecuente en corredores, por sobrecarga, pero también se ve como hemos dicho en personas sedentarias con algunos factores favorecedores como el sobrepeso, la diabetes o alteraciones de la pisada. Los periodos de descanso hacen mejorar los síntomas pero cada vez que se vuelve a una actividad normal, o habitual en el caso de los atletas, reaparecen los mismos e incluso se agravan. El proceso patológico suele asociar siempre una inflamación crónica y engrosamiento de la vaina del tendón o peritendón (peritendinitis crónica), y una degeneración del tejido conectivo en el cuerpo del tendón (tendinosis). El diagnóstico es fácil con dolor a la palpación, engrosamiento fusiforme del tendón, o presencia de nódulos. En casos de peritendinitis aguda puede existir crepitación con el movimiento. La ecografía o la resonancia magnética ayudan a definir el estado del tendón, valorar si hay alguna rotura o quiste intratendinoso, a ver si existe un engrosamiento mayor o menor del peritendón y aumento o no del líquido entre el mismo y el tendón. En fases agudas el tratamiento debe basarse en medidas conservadoras de frío, elevación, compresión y reposo o modificación de la actividad. En referencia a este último punto, sobre todo en corredores, los síntomas son menores o inexistentes en bicicleta, piscina o elíptica, según en cada caso. El tratamiento que más ha demostrado su utilidad en recuperar un tendón con este problema es el Protocolo de Ejercicios Excéntricos que deben hacerse a diario durante 6 a 12 semanas, y con carga progresiva. Consiste en subir en el borde de un escalón con los dos pies hasta ponernos de puntillas, y desde arriba bajar lentamente solamente con una pierna que es la que trabaja en excéntrico el tendón. En casos rebeldes se opta por añadir terapias más agresivas como las Ondas de Choque Extracorpóreas o la EPI . La combinación ondas de choque con excéntricos ha demostrado ser superior a cada uno por separado. Las infiltraciones con factores de crecimiento plaquetarios o plasma rico en plaquetas ( PRP ) no ha demostrado buenos resultados en esta patología, y parece ser más útil en los casos de roturas parciales con tendencia a no cicatrizar. La cirugía está indicada a partir de los 6 meses de tratamiento conservador bien realizado. Cuando el componente de peritendinitis es grande y crónico el tratamiento quirúrgico es más necesario. Las técnicas consisten en liberar bien el tendón de las adherencias que lo cubren, abrir la fascia crural y el peritendon, y en casos de tendinosis, resección de las áreas patológicas si son macroscópicas o hacer tenotomías longitudinales si no son muy evidentes. Nosotros realizamos microtenotomías con terminal de radiofrecuencia ( Topaz ) en los tendones afectados de tendinosis. La vuelta a una vida normal se sitúa en alrededor de 4 semanas, pero la actividad física debe ir reanudándose muy lentamente, haciendo especial hincapié en el fortalecimiento y maduración del tejido del tendón operado. El nivel previo puede tardar en alcanzarse aproximadamente un año, aunque se empieza a correr en el mes. El tendón queda engrosado tras la intervención pero deja de ser doloroso. La fisioterapia como es lógico juega un papel importante en la recuperación, pero aún más difícil es la readaptación a la actividad en atletas de alto nivel.
Tratamiento de lesiones del tendón de aquiles Toluca
Dr. Hugo García Muciño / Consultorio y Clínica Médica de Traumatología y Ortopedia / Médico Especialista Traumatólogo Ortopedista Fracturas . Luxaciones . Osteoporosis . Pie Plano . Cirugía Artroscópica de Hombro, Rodilla y Tobillo . Lesiones deportivas . Meniscos . Ligamentos Cruzados . Tendón de Aquiles . Prótesis de Cadera y Rodilla / Atendemos a niños y adultos / Toluca y Metepec, Estado de México
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Lesiones del tendón de Aquiles
El tendón de Aquiles o tendón calcáneo es el más potente del cuerpo humano. Es el tendón del músculo tríceps sural de la pierna, constituido por losgemelos (gastrocnemios) y el soleo. Se inserta en la parte posterior del hueso calcáneo, a nivel del talón. Existe una bursa entre el hueso y el tendón en la parte superior de esta unión, llamada bursa retrocalcánea. La función principal de este tendón es la flexión plantar del tobillo, propulsándonos en la marcha al caminar y al correr o saltar. Soporta fuerzas de hasta 10 veces el peso corporal en estas actividades. El tendón de Aquiles mide unos diez centímetros de largo y aproximadamente uno de ancho en su tercio central, donde su sección es más circular. Podríamos clasificar las lesiones del tendón de Aquiles en dos grupos: Roturas del Tendón, suelen ser agudas, muy incapacitantes, y en casi todos los casos se tratan quirúrgicamente. Tendinopatías, habitualmente se hacen crónicas. El término tendinitis lo hemos abandonado porque casi nunca existe inflamación muy evidente, salvo en algunos momentos. Están más en relación con el sobreuso, casi siempre en deportes en los que predomina la carrera y el salto. También se ven en personas sedentarias de mediana edad más en diabéticos y obesos. El tratamiento conservador resuelve la mayoría de los casos Roturas del tendón de Aquiles Cuando el tendón de Aquiles se rompe lo hace frecuentemente de forma completa y brusca. Lo más frecuente es que el paciente, casi siempre deportista, note un dolor fuerte y agudo, con la sensación de que alguien le hubiera pegado una patada. A veces se escucha el desgarro del tendón. A partir de ese momento no se puede continuar con la actividad ni apenas caminar. Muchos de los deportistas que sufren esta grave lesión no tenían molestias en el tendón previamente. La mayoría hacen deporte los fines de semana o esporádicamente, pero no realizan un programa de fortalecimiento y estiramientos que previene en cierto modo esta patología. Es común sufrirla en fútbol, baloncesto, squash, tenis, carreras de velocidad o saltos. En personas sedentarias puede darse ante un paso o pequeño salto brusco, o bailando o realizando alguna actividad similar a la que no se está habituado. Se ha evidenciado degeneración del tejido del tendón como factor fundamental que favorece la lesión. Un traumatólogo con experiencia puede diagnosticar la rotura simplemente con la historia que relata el paciente y la exploración física. Aún así se hace rutinariamente ecografía o resonancia magnética para conocer exactamente cómo está el tendón roto. El tratamiento quirúrgico es el más satisfactorio. En casos de pacientes con muchos riesgos que contraindiquen que el paciente pase por el quirófano el tratamiento consiste en la inmovilización (unas 6 semanas) y posterior rehabilitación de la fuerza. La gran mayoría de los pacientes son operados. En urgencias de algunos centros se practica la cirugía percutánea que aporta la ventaja de menor incisión quirúrgica. Bajo nuestro criterio esta técnica estaría indicada solamente para pacientes de no muy alta demanda deportiva. La reparación abierta es la técnica que ofrece unos mejores resultados de cara a la vuelta al nivel previo de ejercicio. Casi siempre es posible una reparación termino-terminal del tendón, suturando de forma adecuada ambos cabos. En algunos enfermos con gran degeneración o desestructuración puede ser necesario utilizar injertos de colágeno, o plastias con la fascia del tríceps o el tendón del músculo delgado plantar. En unos cuatro meses el paciente recupera la actividad de carga, y el nivel previo puede tardar hasta el año, consiguiéndose en un gran porcentaje de casos. La rehabilitación es fundamental para conseguir un buen resultado. Entre las complicaciones existen las postoperatorias (infección, trombosis, dehiscencia herida) y las tardías (reruptura, pérdida de fuerza o limitación de la flexión dorsal del tobillo). Existen algunos casos en los que la rotura no se detectó o trató adecuadamente inicialmente, les llamamos roturas crónicas, y la técnica quirúrgica es similar, siendo necesario en este caso con más frecuencia el uso de injertos o plastias con tendones adyacentes. Tendinopatía aquílea no insercional El dolor crónico en el tercio medio del tendón recibe esta denominación. Es frecuente en corredores, por sobrecarga, pero también se ve como hemos dicho en personas sedentarias con algunos factores favorecedores como el sobrepeso, la diabetes o alteraciones de la pisada. Los periodos de descanso hacen mejorar los síntomas pero cada vez que se vuelve a una actividad normal, o habitual en el caso de los atletas, reaparecen los mismos e incluso se agravan. El proceso patológico suele asociar siempre una inflamación crónica y engrosamiento de la vaina del tendón o peritendón (peritendinitis crónica), y una degeneración del tejido conectivo en el cuerpo del tendón (tendinosis). El diagnóstico es fácil con dolor a la palpación, engrosamiento fusiforme del tendón, o presencia de nódulos. En casos de peritendinitis aguda puede existir crepitación con el movimiento. La ecografía o la resonancia magnética ayudan a definir el estado del tendón, valorar si hay alguna rotura o quiste intratendinoso, a ver si existe un engrosamiento mayor o menor del peritendón y aumento o no del líquido entre el mismo y el tendón. En fases agudas el tratamiento debe basarse en medidas conservadoras de frío, elevación, compresión y reposo o modificación de la actividad. En referencia a este último punto, sobre todo en corredores, los síntomas son menores o inexistentes en bicicleta, piscina o elíptica, según en cada caso. El tratamiento que más ha demostrado su utilidad en recuperar un tendón con este problema es el Protocolo de Ejercicios Excéntricos que deben hacerse a diario durante 6 a 12 semanas, y con carga progresiva. Consiste en subir en el borde de un escalón con los dos pies hasta ponernos de puntillas, y desde arriba bajar lentamente solamente con una pierna que es la que trabaja en excéntrico el tendón. En casos rebeldes se opta por añadir terapias más agresivas como las Ondas de Choque Extracorpóreas o la EPI . La combinación ondas de choque con excéntricos ha demostrado ser superior a cada uno por separado. Las infiltraciones con factores de crecimiento plaquetarios o plasma rico en plaquetas ( PRP ) no ha demostrado buenos resultados en esta patología, y parece ser más útil en los casos de roturas parciales con tendencia a no cicatrizar. La cirugía está indicada a partir de los 6 meses de tratamiento conservador bien realizado. Cuando el componente de peritendinitis es grande y crónico el tratamiento quirúrgico es más necesario. Las técnicas consisten en liberar bien el tendón de las adherencias que lo cubren, abrir la fascia crural y el peritendon, y en casos de tendinosis, resección de las áreas patológicas si son macroscópicas o hacer tenotomías longitudinales si no son muy evidentes. Nosotros realizamos microtenotomías con terminal de radiofrecuencia ( Topaz ) en los tendones afectados de tendinosis. La vuelta a una vida normal se sitúa en alrededor de 4 semanas, pero la actividad física debe ir reanudándose muy lentamente, haciendo especial hincapié en el fortalecimiento y maduración del tejido del tendón operado. El nivel previo puede tardar en alcanzarse aproximadamente un año, aunque se empieza a correr en el mes. El tendón queda engrosado tras la intervención pero deja de ser doloroso. La fisioterapia como es lógico juega un papel importante en la recuperación, pero aún más difícil es la readaptación a la actividad en atletas de alto nivel.
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Urgencias: 722 371 3408
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